En el primer trimestre de 2020 se registraron 632 muertes violentas, con lo que la tasa de homicidios mantiene una tendencia a la baja. A marzo, la tasa por cada 100 mil habitantes llegó a 19.5, cuatro puntos menos que hace un año, de acuerdo con las estadísticas que recopila la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad.
En el trimestre inciden los estados especiales, primero los de prevención que decretó el gobierno de Alejandro Giammattei en varios municipios y, en los últimos 15 días de marzo, el Estado de Calamidad por el COVID-19.
Evelyn Espinoza, integrante de la Asociación Diálogos, explica que las muertes violentas bajaron muy poco en los municipios con estados de Prevención.
“Podemos decir que tuvo el efecto cucaracha: por ejemplo, la criminalidad se movió de Mixco a Villa Nueva, lo que indica que se tienen que intervenir áreas grandes para tener mejores resultados”, analiza.
Sobre el aumento de los robos a comercios, Espinoza indica que es un efecto esperado cuando hay estados de Prevención y en los estados de Calamidad, pues hay más tiendas cerradas. “La motivación para delinquir está, solo falta la oportunidad”, agrega la investigadora.
