2- Inflamación de la zona donde se ha colocado el piercing y/o sangrado.
3- Deformaciones linguales, alergias y úlceras
4- Fracturas dentales. Es más frecuente de lo que puede parecer, al producirse un choque con el piercing.
5- También puede dañar el esmalte, las encías o los empastes.
6- Alteración del gusto y del proceso del habla
7- Dificultades para masticar y salivación excesiva.
8- Problemas de halitosis si la presencia del piercing no permite realizar una higiene bucal completa o el mismo piercing acumula bacterias.
9- Ingestión de forma accidental al soltarse. ¡Cuidado al practicar deporte!
10- Más riesgo de cáncer oral.
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