¿Qué es la dependencia emocional?
Dependencia por definición significa estar subordinado a una persona o cosa. Hay muchas formas de dependencia, dependencia económica, dependencia a un objeto adictivo (droga, tabaco, alcohol), en este artículo nos vamos a limitar a la dependencia en la vida afectiva, la dependencia emocional.El amor hacia uno mismo debería ser incondicional pero para muchas mujeres está condicionado a la opinión de los demás. Robin Norwood centra su análisis en la pareja, el ejemplo más contundente, y las llama "mujeres que aman demasiado". Según mi experiencia es un patrón aprendido y estable de conducta, que afecta gran parte de nuestra vida social.
Tiene repercusiones muy importantes como pérdida de empleos, adicciones, malos tratos, aislamiento y depresión. Si se identifica con la mayoría de las frases que siguen, lea "Las Mujeres que Aman Demasiado", haga cursos para mejorar su autoestima, apúntese a un grupo de terapia y recuerde que su bienestar va primero.
Algunos señales de dependencia emocional
- Usted siempre da más: Siente que usted hace muchos esfuerzos y sacrificios para que todo vaya bien y se queja de que nunca recibe el mismo trato.
- Amar significa sufrir: Lloramos mucho cuando estamos solas. Creemos que los demás sólo miran por si mismos, mientras nosotras siempre nos mostramos cariñosas, generosas y comprensivas.
- No somos buena compañía: Achacamos a nuestros defectos "que no podemos cambiar" el motivo por el cual los demás no nos quieren más. Por más divertidas e ingeniosas que nos mostremos no es suficiente. Nos decimos cosas como: "Si yo fuera más guapa" "Si hubiera estudiado esto o lo otro"
- Los conflictos son dramáticos: Le parece terrible que alguien se enfade con usted, se culpa y acaba cediendo por miedo a que la rechacen o abandonen. Se responsabiliza totalmente de que las relaciones vayan bien.
- Nos obsesionamos con las discusiones: Nos produce ansiedad y nos justificamos una y otra vez lo que dijimos. Imaginamos conversaciones nefastas en las que se nos critica duramente. Nos sentimos agotadas y desesperanzadas.
- Sobrevaloramos el potencial de personas que nunca nos han demostrado que de verdad tengan esas cualidades. Nos gusta pensar que vemos más allá de lo que ellos son ahora y de lo que saben de si mismos.
- Nos rodeamos de personas con problemas, reales o psicológicos, porque nos sentimos bien "ayudándoles". Escuchamos a todo el mundo porque "nos necesitan", y nos jactamos de dar confianza, aunque muchas veces nos sentimos obligadas y otras necesitamos que nos vampirizen.
- Queremos cambiar a los demás: Sabemos que serán mucho más felices con otra forma de pensar y actuar. Lo hacemos por su propio bien. Intentamos constantemente razonar con la otra persona sobre cómo debería ser y nos decepcionamos a nosotras mismas si no cambia.
- Suele acompañarnos la sensación de soledad: Estando con otras personas a veces nos parece estar "fuera" y la mayoría que "no les interesa conocernos de verdad".
- Necesitamos tener pareja: Si no tenemos, soñamos cómo será y creemos que no hallaremos la felicidad hasta encontrarle. Si conocemos a alguien que nos gusta soñamos que somos su mujer perfecta y que nos dice lo especial que somos. Si logramos salir con él, nuestras conversaciones y pensamientos se centran alrededor de ese hombre. Si lo dejamos nos sentimos asustadas porque creemos que ya no podemos vivir sin él. Solemos repetir intermitentemente la misma relación varias veces.
- Practicamos el sexo compulsivamente: En parte, intentamos ser muy buenas amantes y nuestro placer depende de lo bien que pensemos que se lo pasa él. En muchas ocasiones, nos sentimos utilizadas, y no nos satisface "como habíamos soñado", pero no comentamos nada a nuestro amante para no defraudarle.
- La esperanza mágica: Nos mantiene la ilusión de que en algún futuro cercano todo cambiará; que nuestro patrón de conducta, con el que hoy sufrimos, un día nos hará felices; y que lo único necesario es seguir esforzándonos.
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