Uno de cada cuatro hombres en México considera que el origen de la violación sexual de las mujeres está asociado a su forma de actuar y vestir, según revela hoy una encuesta.
El estudio realizado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) también devela la actitud pasiva de las féminas más jóvenes hacia el maltrato, pues cada vez son más las que aceptan golpes, celos, prohibiciones y vejaciones por parte de amigos, novios y familiares del sexo masculino.
Alejandra Barrales, presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), calificó esa situación de muy grave porque "esto quiere decir que de cualquier manera consentimos la violencia hacia a las mujeres, y eso no puede justificarse".
La diputada local acotó que cuando se registra un caso de violación sexual, el sufrimiento de la víctima se multiplica pues no sólo debe enfrentar las consecuencias para su integridad física y emocional, sino también los cuestionamientos de los ministerios públicos.
"Siempre hay en el ambiente una situación que intenta cargar los comentarios y la responsabilidad del hecho hacia las mujeres", aseveró Barrales, quien exigió más severidad en las sanciones contra los agresores.
Agregó que la mejor forma de erradicar la violencia es denunciándola, ya que mientras más mujeres lo hagan, este acto humillante dejará de ser consentido y normal para muchos, en particular para las féminas.
Sobre las regulaciones legales, Beatriz Rojas, presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la ALDF, precisó que ya se introdujeron algunas reformas asociadas a la trata de personas, así como la creación de un refugio especializado para las víctimas.
La investigación de Inmujeres también revela que una de cada cinco personas acepta como un hecho natural que a la fémina se le prohíban más actividades que a los hombres.
En tanto 15 de cada 100 mexicanos prefiere gastar en la educación de los hombres, porque "al final de cuentas las mujeres se casan y no tiene sentido invertir en la superación de ellas".
El estudio realizado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) también devela la actitud pasiva de las féminas más jóvenes hacia el maltrato, pues cada vez son más las que aceptan golpes, celos, prohibiciones y vejaciones por parte de amigos, novios y familiares del sexo masculino.
Alejandra Barrales, presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), calificó esa situación de muy grave porque "esto quiere decir que de cualquier manera consentimos la violencia hacia a las mujeres, y eso no puede justificarse".
La diputada local acotó que cuando se registra un caso de violación sexual, el sufrimiento de la víctima se multiplica pues no sólo debe enfrentar las consecuencias para su integridad física y emocional, sino también los cuestionamientos de los ministerios públicos.
"Siempre hay en el ambiente una situación que intenta cargar los comentarios y la responsabilidad del hecho hacia las mujeres", aseveró Barrales, quien exigió más severidad en las sanciones contra los agresores.
Agregó que la mejor forma de erradicar la violencia es denunciándola, ya que mientras más mujeres lo hagan, este acto humillante dejará de ser consentido y normal para muchos, en particular para las féminas.
Sobre las regulaciones legales, Beatriz Rojas, presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la ALDF, precisó que ya se introdujeron algunas reformas asociadas a la trata de personas, así como la creación de un refugio especializado para las víctimas.
La investigación de Inmujeres también revela que una de cada cinco personas acepta como un hecho natural que a la fémina se le prohíban más actividades que a los hombres.
En tanto 15 de cada 100 mexicanos prefiere gastar en la educación de los hombres, porque "al final de cuentas las mujeres se casan y no tiene sentido invertir en la superación de ellas".