Un México agobiado por lluvia y violencia celebra bicentenario en las calles

México inició el miércoles los festejos por el bicentenario de su independencia con un ritual indígena en la capital, donde se esperan más de un millón de personas en las calles, en medio fuertes controles de seguridad y una emergencia provocada por las lluvias.

El multitudinario festejo arrancó en Ciudad de México con la ceremonia de los chamanes (sacerdotes indígenas), ataviados con ornamentos de plumas en la plaza del Zócalo, a un costado de lo que fue el Templo Mayor de los Azteca.

"Hoy se enciende una luz que simboliza una nueva conciencia por el despertar de México", dijo con fondo de tambores, una de las participantes del ritual.

La alcaldía capitalina estimó que unas 60.000 personas llegaron al Zócalo y sus alrededores, mientras que una multitud que podría alcanzar el millón de asistentes se concentraba sobre el Paseo de la Reforma.

Esa amplia avenida fue cerrada por un desfile de coloridas carrozas alegóricas a diferentes momentos históricos de México y gigantescos globos, antes de los conciertos que precederán la ceremonia del grito de independencia que encabezará en el Zócalo el presidente Felipe Calderón, poco antes de la medianoche.

Los festejos se cumplen en más de 2.000 localidades, en medio de medidas de seguridad que incluyeron el despliegue de 74.000 militares y policías, para evitar que la violencia del narcotráfico empañe la celebración.

En el balneario de Cancún (este), las autoridades capturaron cinco personas armadas con granadas cuando se dirigían a la zona de las celebraciones.

Pese al temor, los festejos sólo fueron suspendidos o se harán a puertas cerradas en una decena de municipios.

En Ciudad Juárez, vecina de El Paso, (Texas, sur de Estados Unidos) y considerada la más violenta de México con casi 2.000 muertes este año, la ceremonia se llevará a cabo por primera vez a puertas cerradas, informó el alcalde José Reyes Ferriz.

Mientras que en Morelia, estado de Michoacán (oeste), donde en 2008 el festejo de la independencia terminó con ocho muertos y más de 100 heridos por la explosión de dos granadas, el gobernador Leonel Godoy cumplirá con el ritual de salir a dar el grito, pero la verbena popular fue cancelada.

En Tamaulipas (noreste), escenario a fines de agosto del asesinato de 72 migrantes de Centro y Sudamérica a manos del cartel de Los Zetas, el gobernador Eugenio Hernández instruyó mantener las ceremonias, inclusive en San Fernando, el pueblo en cuyos alrededores ocurrió la matanza.

Además del temor a la violencia, el clima nubló los festejos. En Veracruz (este) cerca de 25.000 personas pasarán la noche en albergues debido a las inundaciones provocadas por las lluvias de las dos últimas semanas.

Esas precipitaciones, las más fuertes registradas en México y que dejan un millón de afectados según el gobierno, podrían empeorar por el paso de la tormenta Karl por la península de Yucatán.

Karl se desplazaba sobre el territorio con vientos de 75 km/h y fuertes lluvias, y se espera que el jueves alcance la zona de Campeche, donde se produce la mayor parte del crudo mexicano.

La lluvia también ronda la ceremonia en la capital mexicana organizada a un costo de 40 millones de dólares, que incluye el despliegue de 45 pantallas gigantes, la detonación de ocho toneladas de fuegos artificiales y un espectáculo de luz y sonido creado por una empresa que participó de las inauguraciones de los Juegos Olímpicos de Barcelona-92 y Sydney-2000.

Algunos mexicanos consideran esa ceremonia como un derroche. Los festejos habrían sido mejores si el gobierno hubiera invertido en obras públicas, pero "un desfile con muchos trajes pasará al olvido", dijo a la AFP Rebeca López, historiadora del centro de investigaciones de la Universidad Autónoma de México.
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