Decenas de socorristas trabajaban duramente ayer en Guatemala para rescatar a las víctimas de un alud que, según datos oficiales, sepultó a unas 40 personas, mientras los familiares esperaban con angustia el resultado de las operaciones de rescate.
La tragedia empezó cuando un deslizamiento de tierra en el km 171 de la ruta Interamericana arrastró varios vehículos y peatones hasta el fondo de un barranco de 300 metros de profundidad. Un gran número de vecinos acudió solidario a buscar posibles sobrevivientes, pero poco después se produjo un segundo desprendimiento de tierra que sepultó a decenas de esas personas.
“Por sus propios medios empezaron a quitar la tierra, con pala y azadón, querían ayudar a liberar el paso y en los trabajos de rescate, pero vinieron a encontrar la muerte”, comentó a una radio local Vitalino Andrés, un vecino del área, quien esperaba a que apareciera el cuerpo de su sobrino.
Las autoridades improvisaron una morgue a unos 500 metros de la zona del desastre, donde según las autoridades había 17 cadáveres.
Según el último reporte oficial de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), las lluvias se habían cobrado la vida de 36 personas entre el sábado y domingo, antes del derrumbe en la carretera que sepultó a unas 40 personas, con lo que los fallecidos sumarían más de 70, pero podrían aumentar, ya que unas 100 personas ayudaban en las labores de rescate cuando vino el segundo alud. Hay 41.860 damnificados.
“Es una tragedia nacional. Solo en este fin de semana se han tenido daños similares a los de (la tormenta) Agatha”, que azotó al país en mayo pasado, dijo el presidente de Guatemala, Álvaro Colom.
Cuerpos
Una vez rescatados del alud, en medio del dolor, familiares se llevaron los cuerpos de sus seres queridos sin esperar una autorización judicial para el efecto. El presidente Álvaro Colom se hizo presente.
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