Ciudad de Guatemala — El hallazgo de 72 migrantes latinoamericanos muertos en Tamaulipas, México, descubrió un viejo problema. Desde hace cinco años, unos 60 mil migrantes desaparecieron en el territorio mexicano tratando de llegar a Estados Unidos, según declaró el diputado guatemalteco Mauro Guzmán Mérida, a EL DIARIO/LA PRENSA. Muchos de ellos, se teme, fueron víctimas de secuestro.
Guzmán dijo que la cifra fue divulgada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos de México, que además reveló que por lo menos 400 migrantes fueron asesinados en los últimos seis meses. El diputado, miembro de la Comisión de Migrantes en el Congreso de Guatemala, dijo que existen indicios que varias de las víctimas podrían haber fallecido en circunstancias similares a las del caso de Tamaulipas la semana pasada (de migrantes asesinados por rehusarse a trabajar como sicarios del narcotráfico). "Lo que vimos [en Tamaulipas] es una confirmación, y no un caso aislado", dijo el diputado. "Es algo que sucede desde hace varios años".
Las ganancias anuales que el crimen organizado recibe por secuestrar y/o extorsionar migrantes ascienden a unos $3 mil millones de dólares, de acuerdo con datos recabados por Guzmán, y obtenidos de entidades gubernamentales y prensa mexicanas. El diputado dijo que las familias de las víctimas envían el dinero a México por servicios de envío de remesas como el ofrecido por la cadena mexicana de almacenes de electrodomésticos Elektra, y las sucursales del Banco Azteca que operan en las mismas instalaciones—sin que la empresa necesariamente conozca el motivo del envío del dinero. Un estudio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México indica que entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, se reportaron "198 casos [de secuestro] referidos por migrantes, que incluyen a 9,758 víctimas". El reporte subraya que "esta investigación arroja una cifra mínima". La proyección de casos refiere que hay cerca de 18 mil migrantes víctimas de secuestro por año. La familia de cada uno recibe demandas de pago de rescates que oscilan entre $1,500 y $5,000 dólares. Guzmán estima que sólo entre un 10 y un 15% de las víctimas son migrantes guatemaltecos; el resto son de otros países centroamericanos, o sudamericanos. En el caso de Tamaulipas, al menos cinco víctimas fueron identificadas como guatemaltecas.
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